Matthiola incana, (L.) R. Br.

S. Castroviejo, C. Aedo, C. Gomez Campo, M. Lainz, P. Montserrat, R. Morales, F. Munoz Garmendia, G. Nieto Feliner, E. Rico, S. Talavera & L. Villar, 1993, Flora Iberica / Vol. IV: Cruciferae - Monotropaceae, Madrid: Real Jardín Botanico, CSIC : 87-88

1. M. incana (L.) R. Br. in W.T. Aiton, Hort. Kew. ed. 2, 4: 119 (1812) subsp. incana

Cheiranthus incanus L. , Sp. Pl.: 662 (1753) [basión.]

M. annua sensu Willk. in Willk. & Lange

[incána]

Ind. loc.: “Habitat in Hispaniae maritimis”

Ic.: Valdés, Talavera & Galiano (eds.), Fl. Andalucía Occid. 1: 388 (1987)

Planta perenne, de base leñosa –rara vez anual o bienal–, con indumento laxo de pelos ramificados cortos. Tallo de hasta 50 cm. Hojas de hasta 140 × 20 mm, elípticas u oblongo-elípticas, obtusas, con margen entero o sinuado-crenado. Pedicelos (8)10-30 mm en la fructificación. Sépalos 9-12 mm. Pétalos con uña exerta y limbo de 11-15 × 7-10 mm, anchamente obovado u obcordado, emarginado, patente, de color purpúreo, violáceo o blanco. Nectarios c. 0,3 mm, triangulares. Frutos (35)50-110 × (2,8)3-5 mm, erecto-patentes, con indumento de pelos ramificados cortos; con apéndice terminal de 0,7-2,5 mm, agudo o truncado, sin gibosidades laterales o con gibosidades de hasta 1,5 mm. Semillas 2,8-3,2 × 2,2-3 mm, suborbiculares, anchamente aladas. 2 n = 14.

S de Europa, desde España a Yugoslavia; naturalizada o escapada de cultivo en el W de Europa y en la región mediterránea; II-VI(VIII). Cultivada en jardinería y naturalizada en diversos puntos de la Península, sobre todo en las áreas costeras. Probablemente nativa en Tarragona y las Baleares. Esp.: [A] [Al] [B] [Ba] [Bi] [C] [Co] [Ge] [H] [O] [(Or)] [PM] [Po] [(S)] [SS] [T] [Te]. Port.: [AA1] [Ag] [BL] [E] [TM]. N.v.: alelí blanco, alelí encarnado, cuarentena; port.: goiveiro-encarnado; cat.: violer, violer bord, violer vermell, violer blanc, violer comú; eusk.: barasña, briolina.

Observaciones. –Se trata de una especie tirrénica ampliamente utilizada en jardinería. Su presencia en la Península Ibérica está casi siempre ligada, directa o indirectamente, a las zonas urbanas o áreas ajardinadas, por lo que es dudoso pueda considerarse como especie autóctona, salvo en algunas áreas litorales de Cataluña y Baleares. Se cultivan frecuentemente formas dobles, que también se encuentran escapadas de cultivo.