Ruppia L.

S. Talavera, M. J. Gallego, C. Romero Zarco, A. Herrero & S. Castroviejo, 2010, Flora Iberica / Vol. XVII: Butomaceae - Juncaceae, Madrid: Real Jardín Botanico, CSIC : 88-90

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Ruppia L.
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[ Rúppia , -iae f. – Heinrich Bernard Rupp [Rupe, Ruppius] (1688-1719), médico y botánico alemán; compañero de Johann Jakob Dillen [Dillenius] en la universidad de su ciudad natal (Giessen, Hesse, Alemania); más tarde estudió en las de Jena (Turingia, Alemania), en 1711, y Leiden (Holanda), en 1713; para volver de nuevo a Jena, donde murió; publicó una Flora Jenensis (ed. 1, 1718; ed. 2, 1726) –más una tercera edición (1745), al cuidado de Albrecht von Haller]

Hierbas perennes o de ciclo anual, rizomatosas, enraizadas en el substrato. Rizoma delgado, muy ramificado. Tallos con hojas dispuestas principalmente en la mitad superior, en general subopuestas, en la axila de una de ellas se desarrolla una inflorescencia y en la axila de la otra una yema vegetativa que con frecuencia desarrolla una nueva rama. Hojas diferenciadas en vaina y limbo; vaina abierta, auriculada o truncada en el ápice, ensanchada en la base, membranácea o ± herbácea , opaca o translúcida; limbo linear o capilar, agudo u obtuso, débil o fuertemente serrulado en el ápice, plano, con 1 ó 3 nervios paralelos. Inflorescencia en espiga, biflora, ± pedunculada. Flores hermafroditas, sin perianto. Androceo con estambres sésiles, enfrentados; anteras ovoides o ± reniformes, con 2 tecas separadas entre sí por un conectivo bien desarrollado. Gineceo apocárpico, con 2-9 carpelos; ovario ± ovoide o subcilíndrico, sésil; estigma peltado, ± membranáceo y más ancho que el ovario, o discoide, crestado-tuberculado y más estrecho que el ovario, sésil. Fruto en polidrupa; drupa (drupéola) piriforme, simétrica o asimétrica, con un largo carpóforo o subsésil –en especies australianas también sésil–, lisa o rugoso-tuberculada, que se despren- de en la madurez por la base del carpóforo. Semillas ovoides, piriformes o ± elipsoidales, con la testa membranácea, blanquecinas.

Observaciones.–Muchas de sus especies tienen polinización epihidrófila. Las flores en la preantesis emiten burbujas de aire que engloban a las tecas y las transportan a la superficie del agua; una vez en la superficie, las burbujas explotan, las anteras se abren, y la mayoría del polen queda en la superficie de las tecas abiertas, como naves a la deriva. A su vez, el pedúnculo de la inflorescencia crece con gran rapidez –en menos de 12 horas puede alcanzar unos 20 cm– y las flores, ya en fase femenina, quedan expuestas también en la superficie, don- de son fecundadas. Tras la fecundación, el pedúnculo floral sigue su crecimiento con un desarrollo desigual de las células de sus tejidos, lo que origina la espiralización del pedúnculo y, con ello, que la maduración de los frutos tenga lugar en el interior del agua.

En algunas especies poliploides, sobre todo en R. maritima , las burbujas de aire que se originan en las flores no arrastran a las tecas a la superficie, sino que éstas se abren en el interior de las burbujas donde también están situados los pistilos, los cuales quedan fecundados finalmente. Esto es lo que se ha denominado hidroautogamia, un fenómeno bien distinto de la verdadera polinización en el interior del agua o hipohidrofilia.

Debido a estos modos de fecundación, las especies alógamas, con polinización en la superficie del agua, tienen los pedúnculos de las inflorescencias más largos, espiralados, y estambres con tecas mayores que en las especies autógamas. La mayor o menor longitud de los pedúnculos de las inflorescencias es dependiente de la altura a la que se encuentra la superficie del agua con respecto a la posición inicial de la inflorescencia, por ello es un carácter muy variable y con un valor diagnóstico secundario para diferenciar las especies.

La anchura de la vaina foliar se ha medido en su ápice, junto al limbo. La longitud del pedúnculo de la inflorescencia se ha medido en la fructificación.

Bibliografía.– S. CIRUJANO in Bol . Soc. Brot. ser. 2, 59: 293-303 (1986); J.C. GAMERRO in Darwiniana 14: 575-608 (1968); A. MARCHIONI ORTU in Atti Soc. Tosc. Sci. Nat. Pisa, Mem. ser. B, 89: 153-163 (1983); U. POSLUSZNY & S. SATTLER in Canad. J. Bot. 52: 1607-1612 (1974); G. REESE in Z. Bot. 50: 237-264 (1962); W.A. SETCHELL in Proc. Calif. Acad. Sci. ser. 4, 25: 469-478 (1946); S. TALAVERA & AL. in Aquatic Bot. 45: 1-13 (1993).

1. Anteras 0,4-0,7 × 0,4-0,7 mm, ovoides; estigma peltado, membranáceo, más ancho que el ovario; gineceo con 2-4(7) carpelos ........................................... 1. R. maritima

– Anteras (0,9)1-2 × 0,7-1,3 mm, reniformes; estigma discoide, crestado-tuberculado, más estrecho que el ovario; gineceo con (3)5-9 carpelos ............................................ 2

2. Hojas con limbo de 0,1-0,2(0,3) mm de anchura, capilares, agudas, muy débilmente serruladas en el ápice; vaina de las hojas translúcida; pedúnculo 160-450 × 0,15-0,3 mm, muy espiralado, blanquecino, rara vez rojizo .......................... 2. R. drepanensis

– Hojas con limbo de 0,5-1,2 mm de anchura, lineares, la mayoría obtusas, fuertemente serruladas en el ápice; vaina de las hojas opaca; pedúnculo 30-80(300) × (0,3)0,45- 0,6 mm, generalmente poco espiralado, frecuentemente rojizo ............. 3. R. cirrhosa

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